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ANGGIE

AVEGNO

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BELLEZAY 

FUERZA!

La pasividad de su voz acompaña sus 1,53 metros de estatura y hasta despierta dulzura. Sin embargo, esa cara de niña y delicadeza quedan de lado cuando sube a su canoa. Es como verla transformarse en una fiera.

Clava cada palada en el agua con tal fuerza como si se tratara de un zarpazo para devorar a su presa: la meta. Y es que en las pruebas en las que es especialista, C1 500, C 1 200 y C2 500, todo se resume en segundos. Días, meses y hasta años de entrenamientos caben en poco tiempo,  de ahí que apenas levanta la mirada para ver quien está a su alrededor y remar hasta que la adrenalina cesa. Sí, a sus 21 años de edad esta guayaquileña de cepa ya piensa con la madurez y conciencia de una “grande”, título que bien le quedaría por la casi docena de medallas de Copas Mundo, entre oro, plata y bronce que ha cosechado.

Le tocó madurar al andar. Despertó en el canotaje muy temprano, “a los 14 años ya remaba con los mayores y les ganaba”, cuanta Verónica Salazar, madre de Anggie y profesora de escuela, quien un 9 de octubre de 2008, como parte de una actividad recreacional, llevó a sus alumnos a la escuela de canotaje Viernes Santos, en el Guasmo de Guayaquil (Sur) y aprovechó para incluir a la tercera de sus hijas. Ahí empezó todo.

Anggie, la belleza y la fuerza!

Anggie, la belleza y la fuerza!

Cuenta ‘Gita’ (el diminutivo de Angggie para sus amigos) que le llamó la atención, preguntaron los horarios y por la tarde ya estaba recibiendo clases con su hermana Michelle. “En un año ya estaba campeonatos nacionales, sin embargo ahí no asumía al deporte tan seriamente porque faltaba mucho y me iba de vacaciones con la familia”, confiesa. Fue a los 15 que la atleta ya tomó todo con consciencia y acudió a su primera prueba internacional, un Panamericano, donde obtuvo dos medallas de oro y una de plata. “Ni siquiera ahí, sabía la magnitud de lo que eso representaba… Creo que ese es un gran problema que tienen muchos de los deportistas, porque si supieran lo que es ganar un torneo internacional se esforzarían por seguir creciendo aún más”, dice ahora convencida la canoísta.

 

Ossian Fridson, descubridor y primer entrenador  de la atleta, la define como “aguerrida”. “Sabe lo que quiere y va tras ello. Muchos la verán pequeña y pasiva, pero sabe poner en cancha todo el potencial cuando es necesario”, asegura el estratega repleto de orgullo, ya que para él, Gita tiene uno de los potenciales más fuertes en el mundo, incluso se atreve a pronosticar que si se lo propone llegará y ocupará lugares preponderantes en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde la disciplina de canoa debutará.

Anggie no lleva la cuenta de cuántas Copas Mundo ostenta. Manifiesta que hasta el segundo año tenía el número; ya después comenzó a proponerse el vencerse a sí misma. “Recuerdo mucho la cita ecuménica Junior de Italia en 2015. Estaba Bulgaria, que en ese entonces era la potencia global de canotaje y pude superar todas las expectativas. Fue una medalla en la que me creía capaz de hacerlo y lo hice… regresé motivada y con fuerza para seguir demostrando”.

¿SABÍAS QUE?

Anggie tiene 21 años, es Guayaquileña.

Debutó a los 13 años. Su primer entrenador fue Ossian Frydson en la escuela de canotaje Viernes Santo, del Guasmo de Guayaquil (Sur).

Sus padres:  Miguel Avegno, Verónica Salazar.

Es la tercera de 4 hermanos Miguel Jr., Mishell y Mía

No todo ha sido un camino de flores. En su andar le tocó perderse días memorables como el de su graduación a donde no acudió por asistir a los Juegos Sudamericanos de Chile; así como cumpleaños, viajes familiares, pero sobre todo imponer su nivel a personas que le han dicho que no lo iba a lograr, que pese a tener todas las cualidad del caso, el canotaje era un deporte que no iba a despuntar, ni a ir eventos mundiales u olímpicos. Esa fortaleza es una de las características que reconoce Michelle, su hermana mayor, esa que entró con Anggie a practicar el deporte a los 14 años, pero claudicó por dedicarse a los estudios y al trabajo.

 

“Ella es muy fuerte. A veces no quiere reconocerlo pero lo es. Nos ha enseñado mucho a todos y le falta aún más por demostrar. Ella entrena y estudia sin problemas”, sentencia Michelle sin dejar que los ojos se les llenen de lágrimas al reconocer la valía de la canoísta.

Los Avegno-Salazar, su descubridor, así como su actual estratega, coinciden en algo que Gita confirma: “tener el oro olímpico colgado en el pecho”. Los Juegos de Tokio son esa puerta abierta a la que hoy apunta y nada la va a detener, dice.

Anggie es realista. Así como puede tener sus metas fijadas a corto plazo, también es sincera y manifiesta no tener claro si de aquí a cuatro años más seguirá remando, ya que su sueño es hacer también del deporte un negocio, de ahí que aspira a tener un gimnasio o algún centro dedicado a la actividad. Por el momento están los Juegos Suramericanos de Bolivia en Cochabamba, a esos entrará como la fiera en la que se transforma cuando entra al agua. Eso no cambiará jamás.

Entrevista 2 - Michelle Avegno
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LA entrevista
con LA HERMANA
Entrevista 1 - Anggie Avegno - Mamá
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LA entrevista
con LA MAMÁ
Entrevista 3 - Belén Ibarra
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LA entrevista
con BELÉN IBARRA
Entrevista 4 - Entrenador Frydson
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LA entrevista
con el ENTRENADOR
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