LENIN
PRECIADO
UNA
INSPIRACIÓN DEL CIELO
Wladimir Preciado no tiene resonancia en el mundo deportivo ecuatoriano. No ganó medallas, ni logró marcas excepcionales, o compitió en torneos internacionales, pero en la vida de Lenin, uno de sus hermanos menores, tiene un significado trascendental. El joven que murió hace ya casi 11 años atrás, producto de un lío de bienes en su natal Machala (El Oro), es hoy por hoy el causante de que Ecuador sea considerado una de las potencias mundiales en el judo de los 60.
‘El Suco’, como cariñosamente conocen a uno de los representantes de las artes marciales más importantes del país, habla poco de ello. Siente todavía como si hubiera sido ayer. Prefiere recordarlo diciendo que es “esa fuerza” para realizar una llave certera, movimientos muy técnicos y muchas veces el motivo de la inspiración que encuentra cuando piensa que un combate está perdido.
Poseedor de oro en casi todos los Juegos del ciclo Olímpico: Juegos Panamericanos, Bolivarianos y Sudamericanos, este último recientemente en mayo pasado en Cochabamba, Bolivia, el judoca está consciente que cada vez está más cerca del máximo galardón que todo deportista anhela: la medalla aurea olímpica. Y no parará hasta que ello suceda.
Lenín, una inspiración del cielo!
Su historia con el judo comienza cuando tenía apenas 11 años. Fue su hermana Diana quien le comentó que un entrenador había llegado a su centro educativo para preparar a los pequeños en este arte marcial, solo entonces Lenin se puso el judogi (vestimenta usada para la práctica del deporte) y no se lo quitó nunca más.
El cubano Ramón Pascual Bebelagua, fue el profesor que descubrió a Preciado. Al entrenador que todavía labora en la Federación Deportiva de El Oro todavía le brillan los ojos cada vez que habla de Lenin y se lo siente emocionarse en cada palabra. Dice que desde el primer año que el deportista entró ya fue teniendo resultados en la categoría 11-12 años. Primero fue campeón nacional en esa división, después transitó por la 13-14 donde volvió a repetir su éxito hasta que a los 14 empezó a despegar a nivel internacional y se mudó a Guayaquil solo, con el objetivo de pasar concentrado con la selección nacional.
Mari Preciado, una de las 9 hermanas que el judoca tiene, asegura que fue difícil para el judoca acostumbrarse a estar lejos de casa. “Varias veces quiso dejar el deporte. Extrañaba el tigrillo, la compañía de mamá y todo lo que representa el calor familiar, pero se acostumbró”, recalca. “A él lo pone mal irse y estar poco tiempo aquí, en casa. Es muy apegado pero siempre le repetimos que tiene que ser fuerte, porque sea donde sea que vaya a estar el estará solo, sin embargo aquí nosotros estaremos acompañados, entonces es él quien tiene que sobreponerse”, añade Mari.
Para el 2014, las giras y participaciones por América, Europa y Asia, le permitieron a Lenin lograr el cupo a Juegos Olímpicos. Ese gran sueño lo inició en julio de 2015 cuando ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos. Los viajes eran su vida. Compitió en los torneos de en Uruguay, Chile, Argentina, Francia, Austria y fue en el Grand Prix de Alemania, donde finalizó en la quinta posición y logró su clasificación a Río de Janeiro, cita en la que fue escogido como abanderado nacional por sus méritos, pero que no pudo cristalizar en la ceremonia de inauguración, ya que los combates de la categoría 60 kilos empezaban a la par y no quería arriesgar su participación.
¿SABÍAS QUE?
“Lenin, con 25 años, es el máximo representante del judo a nivel nacional y no me extrañaría que más adelante, con todo el apoyo que está recibiendo, pueda conseguir logros históricos como títulos mundiales o una medalla olímpica que, en este deporte, aún no existe en el país. El está para eso y lo bueno que tiene es que tiene claro que nadie lo saca de su camino”, remata Pascual.
José Romero, actual entrenador de la selección nacional, reafirma lo dicho. “Lenin es un deportista con cualidades bastante especiales. Posee una elasticidad bastante extraña pero que en el judo es importante y vital. Su somatotipo, flexibilidad y estatura lo hacen uno de los mejores judocas del mundo para los 60 kilos. Es muy competitivo, combativo, nunca se rinde ni va para atrás”, recalca.
Al ‘El Suco’ oír hablar “tantas cosas bonitas” lo sonrojan. Dice que hace lo que ama y le gusta. Que sigue siendo aquel niño tímido que empezó entrenando a los 11 años y al que le daba vergüenza hablar con las chicas, con la única diferencia que ya sabe lo que quiere: que es ser el mejor de todo el globo en su categoría (60 kilos), algo nada sencillo, ya que ama comer. Para permanecer en su división hace dietas estrictas, entrena cinco horas en dos jornadas y se priva de muchos alimentos al punto de pasar días bebiendo agua y barras energéticas.
“Le hemos dicho que ascienda de categoría pero no quiere. Sabe que su potencia son los 60kg y ahí se va a mantener hasta consiga lo que quiere que es la medallas de oro olímpica. Le tenemos mucha fe, el Ecuador tiene sabe que va a llegar donde se lo propone”, manifiesta Romero. Hasta que eso suceda el judoca sigue siendo el mismo. Cuando está en el país lo primero que hace es visitar Machala donde es toda una figura. En mayo pasado, y cuando se lo solicitan, participa de torneos infantiles como motivador y hasta juez. Disfruta transmitir todo el camino que le ha tomado transitar hasta lograr ser quien es para que, cuando sea el momento, todos sepan de donde vino el primer medallista de oro olímpico que el país va a tener en judo.
escucha
LA entrevista
con MARI PRECIADO
escucha
LA entrevista
con LENÍN
escucha
LA entrevista
con JOSÉ ROMERO
